Existen muchos libros con excelentes ilustraciones y ediciones muy cuidadas. Libros con imágenes, fotografías, dibujos o desplegables de gran atractivo para los niños. Son libros con los que pueden disfrutar de la experiencia y del aprendizaje que proporcionan. Disfrutarán leyendo, mirando, tocando e, incluso, oyendo. Estos libros son la antesala infantil para la lectura de obras más complejas cuando sean personas jóvenes o adultas. Es muy importante: el conocimiento está en los libros. Aunque también podamos decir que está en otras partes, sobre todo está en los libros.

Hay una frase que dice que los niños se hacen lectores en el regazo de sus padres. Y así es. La lectura se aprende por imitación. Si los niños y niñas ven a los padres leer, por ejemplo, el periódico, una revista o un libro, los niños y niñas, seguramente, leerán. También si los padres les leen cuentos a sus hijos cuando son pequeños o tienen gestos como comprarles un libro como regalo un día cualquiera. No es necesario que sea solo por su cumpleaños o Navidad. Ya lo decía Einstein: «Si quieres que tus hijos sean inteligentes, léeles un cuento de hadas; si quieres que tus hijos sean más inteligentes, léeles muchos cuentos de hadas».[1]

Visitemos la casa de los libros

Conviene visitar las bibliotecas y regalar lecturas adecuadas a los niños y niñas, propias de su edad. A veces, pueden consultar libros más complejos, pensados para personas mayores. Aunque con los libros pasa como con los juguetes: tienen que estar próximos a la edad del niño. Si son más elevados, pueden generarles frustración por no entenderlos.

Es muy bueno llevar a los niños y a las niñas a una librería donde, de los muchos libros infantiles o para jóvenes que haya, ellos puedan hojear y elegir su propio libro. Es importante que escojan sin que nosotros elijamos por ellos. Si dejamos que ellos mismos elijan sus lecturas, es mucho más probable que lean cuando sean mayores.

Leerles un cuento a los niños cuando van a dormir es una manera de crear jóvenes y adultos lectores. Regalar libros en la infancia abre los campos a la imaginación y a la visión del mundo. Deben ser libros de diferentes temáticas. Un libro les puede abrir un campo desconocido. Quizá en el futuro, si les gusta tanto, hasta pueda abrirles el campo de su futura profesión.

Se trata de plantearles muchas posibilidades para que ellos puedan elegir. De la misma manera, regalar un libro de un tema por el que ya demuestran interés y curiosidad les permite profundizar en este campo. Así, ven que con la lectura pueden aprender muchas cosas que en un momento dado les interesen.

Encontrar mi libro

De todos los temas que podamos imaginar existen diferentes libros. Es cuestión de buscarlos. Podemos encontrar desde biografías de deportistas a cantantes famosos.. También podemos conocer la vida de inventores e inventoras de diferentes objetos. Existen libros de lugares adonde viajar, libros sobre cómo es un bosque, una planta, un ave, un pez, un árbol y las propiedades de sus frutos. También hay libros sobre cómo se escribe un libro, cómo se baila o cómo se cuida un determinado tipo de mascota.

Cualquier tema, por poco especializado que esté, te abre todo un mundo de matices, de interés y curiosidad. Puedes preguntar a cualquier persona lo que le gusta y verás un nuevo universo que se abre de detalles interesantes, de conocimiento y de valor.

Lecturas voluntarias u obligadas

Se dice que los libros no se pueden imponer por la fuerza o que no se pueden hacer lecturas obligatorias. En realidad, depende, por ejemplo, de la edad. Una novela para jóvenes o adultos es una cosa muy personal. Es como una colonia: no regalas una colonia a otra persona si no tienes mucha confianza y sabes cuál es la que utiliza o le has oído hablar de ella. Lo mismo ocurre con los libros.

Un libro puede ser un regalo o una lectura obligatoria en la escuela si está muy bien elegido. Así, por ejemplo, el libro de El príncipe de la niebla, de Carlos Ruiz Zafón, se ha puesto como lectura obligatoria en los colegios e institutos. Resulta que les ha gustado a casi todos los niños y niñas de doce o trece años. Este es un autor del que muchos jóvenes, luego, han leído más libros. Eso ha facilitado que sea una puerta de entrada a la lectura.

Algo parecido ha ocurrido con los libros de Harry Potter. Aunque generalizadamente no hayan sido lecturas obligatorias en las escuelas, sí que han llegado a una inmensa cantidad de jóvenes que luego han seguido leyendo porque se iniciaron con estos libros.

La lectura es un regalo

Regalar un libro siempre es una buena idea. Incluso, me atrevería a decir, aunque en un primer momento no le guste al niño o niña en cuestión. En tal caso, lo peor que puede pasar es que no lo lea. Pero puede ocurrir que, pasado el tiempo, esta persona cambie de opinión y lo lea. Incluso que, por ejemplo, lo lea otra persona de su familia.

Cuando regalamos un libro que le gusta a la persona que lo recibe, le abre un nuevo mundo de posibilidades, la hace mejor. Además, contribuye a su conocimiento y a su formación y le mejora la vida. Por otra parte, si compramos un libro —tanto si es leído con interés como si no es leído—, siempre hacemos que el autor escriba más y el editor edite más libros. En consecuencia, incluso los libros comprados que no llegan a ser leídos son una gran contribución a la cultura. Hacen que se escriban y se traduzcan a otros idiomas y lleguen así a más personas de otros idiomas y países, por esto los libros no se dejan, se compran.

La lectura es un regalo, y así deberíamos transmitírselo a los niños. La idea es que no sea algo impuesto a los niños y a los jóvenes por la fuerza. Por eso es tan importante que cuando elijamos o recomendemos un libro para ellos lo hagamos bien. Los libros para niños y jóvenes de más éxito y de los que se han hecho más ediciones suelen ser buenas lecturas. A ellos les gustan ese tipo de best-sellers. De esto se trata finalmente: de adquirir vocabulario, de imaginar, crear, disfrutar y fomentar el gusto por la lectura.

Dar a la lectura el lugar que merece

Conviene poner los libros a la altura de la vista de los niños y niñas. No solo para que los vean, sino para que los puedan coger sin depender de un adulto. El objetivo es que los ojeen y lean por propia iniciativa.

Por último, recuerda también la importancia de crear un ambiente propicio a la lectura en casa. Cuando tu hijo lee no es buena idea interrumpirle, enviarle a hacer un recado o ponerte a ver la televisión. Si lo haces, le restas importancia a la lectura. Eso es justamente lo contrario de lo que buscamos. Acostumbra a tu hijo a leer, porque un niño que lee será un adulto que piensa.

[1] En el apéndice puedes ver la recomendación de la lista «Películas y libros más bellos para todas las edades», de Catherine L’Ecuyer & familia. La lista está ordenada por tramo de edad (niños y adolescentes).

Este artículo «La importancia de leer» forma parte del capítulo del libro El conocimiento y la formación del libro La importancia de educar. Claves para tener vínculos sanos y positivos. Antoni Ballester. Editorial Círculo Rojo. (2021) pág. 38-42.