El deporte y hacer ejercicio es fundamental, tanto para los niños como para las niñas. Son ellos y ellas que tienen que decidir cuál les gusta hacer según sus gustos, sus inquietudes y habilidades. Si bien, padres y pedagogos pueden hacerles propuestas para compensar sus dificultades o necesidades.

No es adecuado forzar al niño a que haga un deporte o una actividad extraescolar que no le guste o que no quiera hacer. Es muy importante respetar su individualidad. Cada niño es único y, en muchos casos, es probable que no le guste el deporte que prefieren sus padres, por lo que lo más conveniente será que elija otro.

Hace años, avisaron al presidente del Real Madrid de que había un niño que jugaba muy bien a fútbol para que él fuera a verle y lo fichara para el equipo. Bernabéu preguntó: «¿Quién es aquel señor?» (había observado su comportamiento). Le contestaron: «Es su padre». Entonces, Bernabéu contestó: «El jugador no nos interesa».

El deporte y los padres

Los padres de los jugadores deben recordar que no son público. Tienen que cumplir con su papel de padres ya que son un ejemplo y un modelo para sus hijos. Por tanto, no pueden hablar mal o insultar al árbitro, quejarse del entrenador porque su hijo juegue menos, echarle la culpa de haber perdido el partido al entrenador o a un niño del equipo; tampoco deben quejarse de un jugador, criticar al club o hablar mal de su directiva.

Por tanto, padres y madres no podemos perder las formas. Nos conviene tener una buena actitud. No tenemos que hacer el trabajo del entrenador de nuestros hijos. Antes del partido, de camino al campo, no podemos presionar a los niños. Tampoco hay que explicarles técnicas o jugadas ni hay que reñirles por los errores durante o después del partido. Esto solo perjudica a nuestro hijo. De ninguna manera hay que gritar o decirle al niño lo que tiene que hacer desde la banda o detrás de la portería durante el partido. Enseñar, orientar y dirigir es el trabajo de su entrenador, no el nuestro.

Si tu hijo es bueno jugando al fútbol, al baloncesto o en danza, su entrenador te lo dirá. Cuando los padres gritan, presionan o tienen malas actitudes con sus hijos pueden afectar su autoestima o hacerles perder oportunidades. Porque a los niños, normalmente, cuando son pequeños, les importa mucho la opinión de sus padres. Si no somos padres cuidadosos en esto, podemos repercutir negativamente en otros ámbitos de la vida de nuestro hijo.

Impulsarles en la buena dirección

Johan Cruyff, entrenador y jugador del Fútbol Club Barcelona, creó una nueva idea de fútbol cuando dijo y llevó a la práctica esto: «Si tienes el balón, no te pueden meter un gol». De esto trata la educación de niños y jóvenes: de tener controladas las ideas más importantes para educarlos y de actuar en consecuencia el máximo tiempo posible.

Como propone este libro, a los niños es necesario dedicarles «tiempo de mucha calidad». Hay que impulsarlos en la buena dirección. Seguramente, como padre o madre que eres, te equivocarás y cometerás desaciertos. Lo importante es que no caigas en los grandes errores y que te anticipes a los problemas para que no se presenten. Pero si, pese a tus cautelas, finalmente se presentan, aprovéchalos para aprender.

Deportes minoritarios

Los deportes que tienen menos seguidores tienen el mismo valor, dedicación y esfuerzo personal que aquellos a los que siguen muchas personas. El hecho de que nuestro hijo o nuestra hija practique una actividad o deporte que no sea mayoritario debe ser valorado con nuestro apoyo, ánimo y estima.

Este artículo «Cómo solucionar las agresiones en los campos de fútbol» forma parte del capítulo El deporte y las actividades extraescolares del libro La importancia de educar. Claves para tener vínculos sanos y positivos. Antoni Ballester. Editorial Círculo Rojo. (2021) pág. 94-97.

Educación, educación ante todo.